Mientras un país celebra un éxito deportivo que nos lleva a estar entre los mejores 8 equipos del mundo, el operador macrista Eduardo Feinmann demuestra que es incapaz de ser feliz.

Nadie dice que no pueda hacer su trabajo sucio como siempre, lo raro es que no pueda dividir las cosas y para celebrar el triunfo tenga que hacer referencia al fallo que el martes puede llegar a condenar a la vicepresidenta.

Por suerte su odio no traspasa algunas barreras y algunos le contestaron.

Ampliar contenido
Tweet de HAGOV SHREK
Ampliar contenido
Tweet de Elliot Alderlson
Ampliar contenido
Tweet de GustaRusso1
Ampliar contenido
Tweet de susysol
Ampliar contenido
Tweet de estaban bilia
Ampliar contenido
Tweet de FabioMoscovich
Ampliar contenido
Tweet de Jonalomu✌️⚪🔴⚪