"La Iglesia necesita siempre ser restaurada porque está hecha de todos nosotros, que somos pecadores. Dejémonos limpiar nuestro corazón", dijo hoy el Santo Padre cuando realizó su primera parada en el barrio de "Casas Blancas", una zona marginal de Milán en la que viven numerosas personas sin recursos.

Francisco llegó al aeropuerto de Milán-Linate, donde fue recibido por el cardenal Angelo Scola, arzobispo de la ciudad, por el presidente de la región Lombardía, Roberto Maroni y por el alcalde, Giuseppe Sala.

Allí, Bergoglio fue aclamado por una multitud que lo aguardaba y visitó tres viviendas en las cuales departió con sus habitantes, entre ellos una familia de inmigrantes musulmanes.

En su recorrida, el papa Francisco volvió a sorprender hoy con otro gesto inédito cuando utilizó un baño químico colocado fuera de una casa de acogida de la periferia de Milán, primera etapa de su visita de ocho horas a la ciudad del norte de Italia.