“Me parece que este hombre no vive la realidad” dijo esta vecina de Recoleta que contó que se toma un colectivo hasta San Nicolás para conseguir los tomates un poco más baratos que en su barrio y que con un kilo de churrascos tira dos semanas porque le pide al carnicero que se los corte a la mitad.

La señora, con toda una vida de trabajo en Aerolíneas Argentinas no puede darse el gusto de disfrutar de su retiro y tiene que ir buscando precios para poder sobrevivir.

A menos de un mes de haber asumido son cada vez más los argentinos arrepentidos por haber votado a quien les prometió que iba a ajustar a la casta y que sólo ha caído sobre la población.