Javier Milei no va a dolarizar, no va a frenar la inflación, no va a destruir el Banco Central. Pero sí cumplirá con una de sus promesas: ajustar.

Y ese ajuste empieza donde más duele: en los miles de puestos de trabajo que representan las obras públicas y en los miles de vecinos que no verán llevarse adelante las mejoras esperadas.

Un informe de América para el programa de Rolando Graña permite ver la dimensión del drama que se avecina.