Tal vez adelantando cómo serán las relaciones de los medios hegemónicos con el nuevo gobierno libertario, Débora Plager le marcó la cancha rápido a uno de sus funcionarios.

Se trata del Portavoz, Manuel Adorni, que no hizo otra cosa que tomar con ligereza un problema técnico en el equipo de sonido de la Casa Rosada.

Pero Plager -tal vez con el micrófono abierto y sin querer que salga al aire, o al revés, haciéndolo intencionalmente, vaya uno a saber- lo llamó al orden.