El texto de Wiñazki configura algunas escenas, utilizando una detallada descripción para lograr crédito en el lector. El descargo de Cristina Fernández es tan sensato que no necesita puntualidades para lograr empatía con quien lee, pues 'el blanco sobre negro' que presenta en sus líneas no deja espacio para la ficción.

Wiñazki propuso dos anécdotas -incomprobables, pues no hay fuente citada- y metió fantasía teatral en su búsqueda por bajar un pensamiento lateral, que va en un camino paralelo al ''ni una menos" del título, pero que llega bien hondo en el imaginario.

A golpes de diario, la ex jefa de estado despertó a los lectores del sueño: "Estos párrafos constituyen el núcleo duro del fantasioso, pero como nunca esclarecedor, relato con el que Héctor Magnetto (a través de Wiñazki hoy, de un desconocido escribiente ayer y vaya a saber de quien mañana) simboliza el castigo a la mujer que se atreve. De haber sucedido eso en la realidad, posiblemente el pequeño avión Cessna no hubiera llegado nunca a destino", lanzó tras rememorar un encuentro con Magnetto, cuando Néstor era presidente.

"En tren de armar un relato violento, Néstor podría haberme pegado una trompada con la mano o darme una patada en cualquier parte de mi cuerpo. Pero no, arrincona a una mujer y le pega con un diario -¿el diario visto como un arma que castiga?- en la cabeza. Alguien en Tacuarí al 1800 esta necesitando urgente un psicólogo y no es Ernestina", ironizó la exmandataria.

Sobre el final, Cristina mostró su descreimiento sobre la autoría del dibujo con el ojo “en compota” o la boca “clausurada” firmado por Sabat: "Es Héctor Magnetto, que no quiere: ni una ley de medios más, ni un gobierno autónomo más, ni una mujer presidenta más, NI UNA MAS que se atreva a nada", sentenció..
 

La columna de Miguel Wiñazki, publicada este martes:

El texto de opinión que disparó el descargo de la expresidenta

El texto completo de Cristina:

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