Desde que asumió en diciembre, el matrimonio presidencial decidió emprender una serie de reformas en la residencia presidencial de Olivos, las cuales ya suman un gasto de 17.825.468 pesos.

La obra es monitoreada por la primera dama Juliana Awada, y tras varios meses de trabajo, ya se terminaron las remodelaciones en el chalet presidencial, la casa de huéspedes y el chalet de secretarios, según la información de la Secretaría General de la Presidencia, citada por Perfil.

En el chalet presidencial, que se pintó a nuevo, se llevaron a cabo trabajos en las terrazas, donde “se reemplazaron zócalos rotos que permitían el ingreso de humedad a la casa, se retiraron instalaciones eléctricas en desuso expuestas a la intemperie, y se remediaron cables desgastados”, según el informe.

Además, se reparó el sistema central de aire acondicionado ya que “había interrupción, obstrucciones y desperfectos que imposibilitaban el adecuado acondicionamiento de los ambientes”.

De acuerdo con la Secretaría, se instaló una cocina y se hizo a nuevo el baño presidencial, debido a que, según informaron, “los mármoles estaban envejecidos por falta de mantenimiento y marcados con óxido; el hidromasaje descolorido con un sistema de bombeo fuera de servicio; y las válvulas del inodoro estaban mal calibradas”.

En total, en las refacciones del chalet presidencial, se gastaron 9.927.842 pesos en los arreglos y 1.823.576 pesos en muebles nuevos. Se pintó todo de blanco.

Por su parte, en el chalet de huéspedes se gastaron 1.496.884 pesos en arreglos y 816.321 pesos en muebles. Se instalaron electrodomésticos (anafe a gas, horno y heladera); un mueble vestidor en la suite principal y se desmontaron las griferías para reacondicionarlas.

Por último, en el chalet de secretarios se gastaron 385.097 pesos en reparaciones (carpintería y albañilería, pintura nueva e iluminación que, según el informe, era insuficiente y estaba “en mal estado”), y 77.507 pesos en muebles. Además, en el anexo presidencial se invirtieron 2.745.323 pesos.

Como si fuera poco, se depositaron unos 20 mil pesos en el resembrado de la canchita de fútbol donde todos los martes los funcionarios de Cambiemos juegan un ‘picadito’.

De acuerdo con Perfil, las reformas aún no llegaron a los vestuarios, donde ya hubo quejas porque hay apenas cuatro duchas y los funcionarios macristas deben esperar su turno por algunos minutos.