No hay nada que les guste, todo es motivo de discusión y enojo. Hasta que Gabriela Cerruti señale que la sala de periodistas acreditados a la Casa Rosada sea mayoritariamente masculina despierta -en algunos hombres- gritos y aclaraciones de que se hizo por sorteo.

Aunque Cerruti insistió varias veces con que entendía que el orden de quienes podían preguntar se decidió mediante la suerte, y que pese a eso era significativo que no hubiera mujeres entre los que salieron elegidos, igual algunos se la picantearon.