Leo en Clarín del 10 de junio la siguiente noticia con título: “Presencia empresaria y política en el ciclo Democracia y Desarrollo.”

A continuación los primeros dos párrafos y un poquito más. Sígame, por favor.

“Con una fuerte presencia de la dirigencia empresaria y política, se inauguró el ciclo sobre Democracia y Desarrollo del Grupo Clarín, destinado a debatir los grandes desafíos que el país tiene con la mira puesta en el largo plazo. En el primer encuentro se discuten los cambios en el principal sector productivo, que es la agroindustria.

El gobernador bonaerense Daniel Scioli fue uno de los primeros en llegar al seminario.

Poco después lo hicieron el jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y el líder del Frente Renovador, Segio Massa. También participaron de la reunión el socialista Hermes Binner,  el senador Ernesto Sanz (presidente de la UCR) y el diputado Ricardo Alfonsin, entre muchos otros.

Scioli saludó  a Héctor Magnetto, CEO del Grupo Clarín frente a un ramillete de periodistas y fotógrafos que registraban el encuentro en el hall central del Museo MALBA. Y ambos se colocaron para las fotos, junto a José Scioli y los accionistas del Grupo Clarín, José Antonio Aranda yPagliaro.”

Recuerdo cómo me impactó cuando Néstor dijo “¿qué te pasha, Clarín? ¿estásh nerviosho?” Rompiendo esa lanza que implicó que este proyecto político fuese atacado sistemáticamente de las maneras más sucias y desleales. Que no hay convenciones ni ginebras que condicionen al aparato mediático y corporativo cuando sale a defender sus negocios. Esa pregunta que fue la causa de todos los efectos. Las consecuencias. La familia Kirchner fue blanco permanente de infamias, acosos, insultos, burlas y escarnios de todo tipo y calibre. Cristina fue destratada, atacada y mancillada como figura presidencial, y en su dignidad como mujer. El macartismo de ponerle K a todo lo que les disgusta y con esa letra perseguirlo como se perseguía a los herejes. El mote de chorros a todos los que osamos criticarlos. El ocultamiento de cualquier noticia positiva para la sociedad. O el más sofisticado mecanismo de transformar los avances y mejoras reales en desgracias. El silencio sobre cualquier manifestación de apoyo masivo a este proyecto. Y también los intentos de llevarse puesto al gobierno electo (desde aquel día, hasta hoy). Las operaciones para generar violencia social, las propuestas de caos y de odio generalizado (los linchamientos callejeros hasta una conadep de la corrupción –que no es otra cosa que una amenaza de persecusión masiva-). Y cosas olvidadas como aquel intento de Magnetto de meter presos a Javier Vicente, Roberto Caballero, Sandra Russo, Nora Veiras, Edgardo Mocca y Orlando Barone. Porque supuestamente instigaban a la violencia. Un delito que se paga con penas de6 años de cárcel. Y más, tantísimas otras acciones que sería interminable de enumerar, acciones políticas y económicas, todas ellas dispuestas para hacer fracasar al kirchnerismo. Para hacerlo fracasar y luego castigarlo, perseguirlo, encerrarlo, humillarlo y desterrarlo de la faz de la tierra. Al kirchnerismo tan odiado.

Por eso me pregunto si cabe permitirnos alguna duda después de este encuentro.

Porque parece que por primera vez en mucho tiempo Clarín nos está dando información clara y fidedigna.

Hola, Magnetto.