Vivan Massa y Sanz,

Vivan Binner, Aguad

y Stolbizer; el “colorado”

y el “cabezón".

Vivan Carrió, Altamira

y Tumini; Pino Solanas,

Quebracho y la CTA de Miceli.

Vivan el “Pollo” , “La piba”,

y el “Golden Boy”.

Vivan la Sociedad Rural

y el “no positivo”

y la American Task Force Argentina.

Vivan los patriotas de Clarín, Nacion , Perfil

y sus sucursales, distribuídas

como minas al paso de ciudadanos

empujados a andar por ese paso

donde a veces las minas explotan

en sus cerebros, ojos y oídos.

Y vivan sus tropas periodísticas

armadas hasta los dientes

con armas de destrucción masiva

instaladas  en papeles de diario

y en la pantalla y el éter.

Vivan los compatriotas

que vivan al juez Griesa

y no vivan a Kicillof.

Vivan los macristas que festejan

más el 4 de julio que el 9;

y vivan los sindicalistas

que cuidan a sus gremios

más que a sus agremiados,

y que sabios de angurria

nunca desaciertan el rumbo equivocado.

Y vivan los presuntos peronistas

que avergonzados vivan

sobre los sarcófagos

de Perón y Evita

confiados en que están muertos

y que no van a “deschavarlos”

por impostores.

Vivan los que no vivan

a los pueblos que vivan

a las dichas y a las causas

de esas dichas; y al orígen

y al originador de ese orígen,

porque al no vivarlos

se desviven por callarlos

y solo logran aumentar

el eco de los vivas.

Y vivan los que no vivan al Gobierno

Y los que no vivan a la patria

salvo cuando la escrituran en beneficio

propio.

¡Vivan los que no vivan!

Así se oyen y sienten más

nuestros vivas.