Por lo menos así lo dijo el 'Negro' Silvera y lo reafirmó en más de una vez: "La única excusa de este show era volver a vernos, era pasar un rato juntos con nuestra música".

El cantante de Once Tiros tiene una simpatía y un carisma único, y siempre termina por ganarse a todos los públicos que enfrenta. Sea de éste, o del otro lado del 'charco'.

El show comenzó rodeando las 10 de la noche y se estiró hasta casi las 12, con un setlist que repasó absolutamente todos sus discos.

Para los que somos fanáticos, fue como picar un poquito de todas las comidas que más te gustan en pequeñas porciones, dejando atrás cualquier 'Mal de Karma'.

Al principio el público estaba un poco tibio, y a las guitarras les faltó un poco más de rosca. Pero cuando se fue acomodando todo, Pablito Silvera amenazó con su increíble capacidad discursiva: "Loco, acá, se caracterizan por el poder, asi que vamo' arriba".

No faltó más para que todo Niceto Club se ponga a saltar al ritmo de los mejores temas de la banda, como por ejemplo el inoxidable 'Maldición' y también con 'Llegando al principio', que fue uno de los más pogueados.

En cuanto a lo táctico, faltó el caño de Lucas Lessa, pero la impresionante labor de Ignacio Piñeyro logró sacar el mayor brillo posible en las melodías, con un teclado que acompañó.

En el fondo, Martín Maristán llevó a la banda de manera muy prolija. Pudimos notar que en algunos de los temas del último disco se conectaba a los auriculares (seguramente para el metrónomo o una pista) pero en el resto se los quitaba y recibía retorno 'old school'.

El 'negro' hizo dos anuncios importantes para que nos quedemos bien manija: por un lado, que está cercano el lanzamiento del DVD que registraron el año pasado en Groove, en una noche cuasi mágica.

Por el otro, que en muy poquito tiempo (para setiembre) la banda estará de vuelta por nuestros pagos. Y decimos 'setiembre' porque es la manera que, según comentó arriba del escenario, los hermanos uruguayos nombran a ese mes del año. Entre tantos otros chascarrillos que tiró sobre las tablas.

En resumidas cuentas, fue un show que gustó, pero que no conformó, porque para los pibes que siguen a Once Tiros dos horas de hits no alcanzan, sino que deseamos casi de manera egoísta, mucho más.

Fotos: Valeria Pantarotto