Ni bien comienza el documental de 2004 "A different kind of blue", Carlos Santana reconoce que el músico busca penetrar a su público, hasta el punto de arrancarle una emoción, un cosquilleo, una risa, una lágrima, al citar las palabras sexuales y textuales de Miles.

Desde que Miles Davis aceptó a fines de los años 60 que su aporte al jazz tradicional estaba acabado, su visión renovadora de la música lo volcó a la experimentación con los nuevos sonidos que los instrumentos electrónicos le proporcionaban a su estilo vanguardista.

Muchos de los músicos que estuvieron a su lado en esta etapa coincidieron en que su relación con la cantante funk Betty Mabry -luego de su casamiento, Betty Davis- provocó en Miles en los pocos años que duró la pareja, un cambio de mentalidad radical. ella era salvaje, indomable, musicalmente feroz e increíblemente atractiva.

En 1970 Miles editó 'Bitches Brew' que era más que un álbum tradicional, una jam session, un delirio sin las estructuras habituales. En seis meses, el que fue el primer disco de oro de Davis, lo catapultó a aquel inolvidable festival en la Isla de Wight -Gran Bretaña- ante casi 500 mil personas.

Keith Jarrett, Chick Corea, Gary Bartz, Dave Holland, Jack DeJohnette y Airto Moreira acompañaron a Miles sobre el escenario, en lo que fue la mejor manera que encontró para plasmar en vivo su innovador uso de, por ejemplo, los pianos eléctricos Rhodes.

El trompetista y compositor estadounidense, cumpliría 89 años y es considerado uno de los grandes artistas del siglo XX, una de las figuras más relevantes e influyentes de la historia del jazz y la música moderna.

El 28 de septiembre de 1991, luego de una agonía que duró varias semanas, Davis falleció víctima de neumonía y paro respiratorio en el Saint John Hospital and Health Center de Santa Mónica, California.

La fuerza sexual a la que hacía referencia el genio resulta evidente luego de ver esta pequeña pieza documental. Teniendo en cuenta que la búsqueda de penetrar al escucha provocó en Miles el deseo de reinventarse cada vez que alcanzaba el éxito, no es alocado pensar que con su 'caño' inspiró frecuencias que todavía seducen, que no paran de bailar y que 'acaban' una y otra vez, arrancando nuevas clases de orgasmos.