Sentado en un enorme trono, rodeado de luces y sus guitarras, el músico lideró un show impecable en el cual también estaban celebrando los 20 años del disco debut.

El ex Nirvana aclaró que el sillón fue una idea propia: estaba muy drogado (con analgésicos) cuando se le ocurrió, y lo imaginó con brazos de guitarra y rayos láser saliendo desde la punta.