Ocurrió durante un funeral en México, donde un joven decidió divertirse un rato Snapchat y se acercó al ataúd para intercambiar su rostro con el del difunto, gracias a una aplicación que ofrece la red social.

No conforme con la falta de respeto, el joven además compartió la imagen en la web y rápidamente se viralizó. La mayoría de los usuarios repudiaron su accionar, por lo que a las pocas horas decidió dar la publicación de baja y ofrecer una disculpa.

De todas maneras, ya era demasiado tarde. Los familiares del difunto manifestaron su molestia y aseguraron que el joven ya no forma parte de su círculo de amistades.

¿Será suficiente? No, para los familiares, quienes le manifestaron su molestia y ya no forma parte de su círculo de amistades.