Ocurrió en Colombia, en la localidad de Ciénaga de Oro, donde Gabriel Zabala Núñez, un hombre dedicado a las labores rurales, se dirigió al potrero donde notó una pelea entre dos asnos que pretendían aparearse con una hembra en celo.


Para evitar que se dañen, el hombre decidió amarrar a uno de ellos, y a los pocos minutos, Zabala decidió soltar al burro para ponerle el armazón que simula una silla para que se siente el montador. Justo en ese momento, el animal se espantó y se cayó la silla. Cuando su dueño se agachó para recogerla sintió un fuerte dolor porque el burro le había mordido el pene.


El hombre salió rápidamente en busca de ayuda, pero cuando llegó al hospital de la zona le comunicaron que no estaban preparados para atender ese tipo de emergencias.


El campesino no quiso esperar los trámites para ser remitido en una ambulancia y con sus propios recursos decidió contratar un taxi expreso que lo llevara hasta el hospital San Jerónimo de Montería, donde permanece recluido bajo observación médica.


Los médicos que lo observaron le dieron un parte de tranquilidad y le dijeron que su virilidad no está en riesgo.