"Me decían que era un bicho raro", cuenta Stefanie Grant quien a los 25 años pudo sonreir por primera vez en su vida, gracias a una cirugía reconstructiva que solucionó una problema motriz en su mandíbula inferior.

El problema que sufrió esta chica desde su nacimiento se conoce como "mordida abierta", que en algunos casos por tratarse de un diagnóstico más complicado se define como "severa".

Su problema complicó tanto su vida que a los 13 años le tuvieron que sacar siete dientes, y necesitó usar "brackets" durante 10 años.

Durante casi toda su vida, su rostro mostró una mueca triste o desinteresada, aunque luego de unas pocas cirugías que corrigieron la posición de su mandíbula y algunas piezas dentales, su look cambió totalmente.

"Fue difícil lidiar con mi apariencia, especialmente cuando era adolescente. Sentía que la gente no podía ver mi verdadera personalidad", contó Grant y agregó que "las cirugías fueron complicadas y dolorosas, pero la diferencia es increíble".

"Tener la posibilidad de sonreir y mostrar mi alegría a los demás ha cambiado mi vida definitivamente", reconoció.

La media risa cambió por completo: