Se trata de una costumbre antiquísima en algunas regiones de la India, que estaba prácticamente extinta y que últimamente ha resurgido.

Especialmente en el estado de Uttar Pradesh, los más devotos en la creencia de la divinidad de estos animales recogen el líquido cuando las vacas lo expulsan, lo enfrían para luego tragarlo.

En la región de Agra suelen hacerlo como método de cura para diversas enfermedades, incluyendo el cáncer.

Sin ninguna preparación, directo desde la fábrica al vaso del consumidor. Una bebida que gana adeptos sin ninguna campaña comercial.