Ocurrió en Bremerton, Washington, Estados Unidos, donde Joshua James Driskell, de 24 años, quien había cumplido una condena por haber robado una sucursal de Key Bank, volvió a saborear la libertad de nuevo, pero no por mucho tiempo.


Habían pasado pocos días de su regreso a la sociedad, y Joshua volvió al mismo banco que había asaltado. Y no fue para hacer un depósito o pagar las cuentas, sino que se dirigió a la misma caja donde lo habían atendido la última vez, y entregó una nota anunciando que estaba robando y que exigía 10.000 dólares.


Si bien Joshua pudo llevar a cabo el robo satisfactoriamente, luego fue identificado por las cámaras de seguridad y detenido nuevamente. El hombre ya había gastado 2.000 dólares en marihuana.


El ladrón fue condenado a 10 años y 9 meses de prisión, el doble de años de su primer condena.