Ocurrió en Virginia, Estados Unidos, donde una adolescente de 13 años fue descubierta por sus padres cuando mandaba mensajes sexuales y fotos a sus compañeros de escuela, actividad conocida como "sexting".


Indignados por no poder controlar a su hija, los padres le pidieron ayuda a las autoridades y la entregaron a la policía con la esperanza de que "recapacite".


Esta difícil decisión la tomaron al no saber que más hacer para que su hija dejara de mandar fotos subida de tono y otras directamente "pornográficas", a otros chicos de su escuela a través de su celular.


"Revisando su teléfono y tableta, encontramos imágenes sexuales y conversaciones inadecuadas para su edad", declaró la madre.


Los padres informaron que la chica era muy popular entre los estudiantes varones, "Todos querían que fuera su amiga", expresaron.