Ocurrió en el pueblo Valdilecha, en Madrid, España, donde Ángela G.G., de 52 años, fue hallada sin vida en el sillón de su casa por la Guardia Civil, luego de que los vecinos le manifestaran a las autoridades que llevaban tiempo sin verla.

Los investigadores estiman que la mujer falleció por causas naturales según la autopsia y que llevaba un año muerta, pero podría ser más: "el cuerpo está en tal estado de descomposición que necesitamos muchas más pruebas para saber exactamente el tiempo".

"Es una pena que te mueras y nadie te eche de menos en un año pero a nivel policial poco podemos aportar porque el caso no presenta ningún signo de violencia", aseguró un portavoz de la Guardia Civil.

"con su familia no tenía relación y con los vecinos tenía una relación también bastante tensa", explicó el portavoz.

Según medios locales, los habitantes de Valdilecha no sabían nada de ella desde finales de 2013, pero al no hablarse con nadie supusieron que había dejado el pueblo sin avisar.

Cuando, mucho después, supieron que su familia no tenía tampoco la más mínima noticia de ella, decidieron avisar a la policía.