Al igual que le sucede habitualmente a los conejos, una joven acumuló una cantidad impresionante de pelo en su estómago, producto de una adicción a morder las puntas de su propio cabello y la alfombra de su casa.

Ayperi Alekseeva, una joven de la provincia de Batken en Kyrgyzstan, acudió a un hospital donde descubrieron que tenía una enorme bola de pelo de 5 kilos en su sistema digestivo.

Tuvo que ser intervenida con una cirugía de emergencia para evitar que muera de deshidratación extrema y desnutrición por falta de alimento en su estómago.

Los animales que se acicalan diariamente, como también lo hacen los gatos, son más propensos que los humanos a sufrir este tipo de trastornos. Incluso sus organismos están preparados para expulsar estas bolas obstructoras. Claramente, los humanos no.