Se trata de las armas más extravagantes de la historia creadas por el ser humano en su búsqueda de destruir al enemigo. He aquí el "top 10" de las herramientas de destrucción más extrañas de todos los tiempos.


La pistola armónica, creada por el francés J. Jarre en 1859, disponía de un cargador lineal ubicado horizontalmente, de manera que los disparos se podían preparar rápidamente. De todas maneras, la pistola no tuvo mucho éxito por la incomodidad de llevarla y desenfundarla.

La Operación Gatito Acústico fue llevada a cabo por la CIA durante la Guerra Fría, con el propósito de convertir a los gatos en dispositivos de vigilancia para detectar conversaciones peligrosas.

Para ello, los felinos tenían que ser sometidos a una operación quirúrgica donde se les implantaba en el oído un pequeño micrófono unido a un transmisor de radio y un sistema de alimentación. Lo único que no tuvieron en cuenta, es que los gatos van donde ellos quieren y no donde les ordenan.

Esta linterna LED modificada formaba parte del armamento de los servicios secretos de Corea del Norte en el siglo pasado. En vez de alumbrar, esta herramienta podía disparar tres proyectiles de pequeño calibre.

Los perros antitanque o perros mina, utilizados por la Unión Soviética, el ejercito estadounidense y el iraquí, llevaban consigo una bomba que luego hacían explotar cuando se encontraban cerca de un tanque, algo así como perros kamikaze.

La bomba que llevaban pegada a su pecho se activaba con una palanca de madera. Los perros no eran alimentados durante varios días, y tras ser liberados en el campo de batalla corrían directamente hacia el tanque para encontrar comida. Era en ese momento donde los hacían explotar.

El "anillo protector" o el Dyson LePetit, fue el revolver más pequeño del mundo. El único problema de ésta arma de seis balas y de un diminuto calibre de 5 milímetros, es que causaba más daño a su portador que a su enemigo.

La Vespa TAP 150 fue un modelo de motocicleta muy popular en los años 50 en Europa producido para las tropas aerotransportadas francesas que participaban en la Guerra de Indochina. El vehículo fue equipado con un cañón M20 de 75 milímetros.

Siempre tan ingeniosos a la hora de querer matar gente, la Fuerza Aérea estadounidense encontró una manera eficaz de arrasar con las ciudades japonesas desde el aire, a finales de la Segunda Guerra Mundial. Se trata de una especie de bomba de racimo que llevaba adentro una cierta cantidad de murciélagos equipados con una pequeña cantidad de explosivo incendiario y liberarlos cuando la bomba alcanzaba los mil metros de altura. El Ejército activaba todos los dispositivos al mismo tiempo, provocando miles de incendios por toda la ciudad.

El paraguas, creado por la agencia de inteligencia soviética KGB y el Servicio Secreto búlgaro, era una arma secreta que disponía de un pequeño cañón instalado en su interior que disparaba cápsulas de veneno.

El "beso de la muerte" o "pistola pinta labios", era un arma de un calibre de 4,5 milímetros, utilizado por las agentes femeninas del KGB, que podía disparar un solo tiro.

Las palomas cohetes y gatos cohetes, tal como su nombre lo indica, eran utilizado por alemanes en 1530 para incendiar fortalezas.