Esta nueva tendencia surgió en las calles de China, donde decenas de adolescentes salen a pasear con verduras, sobre todo repollos, a los que atan y arrastran por la vereda como si fueran perros, que a diferencia de ellos "no ladran ni pelean con otras verduras".


Uno de los objetivos de estas caminatas grupales sirve para superar la depresión y la soledad, creciente en los últimos años por las exigencias económicas y sociales que demandan el sistema y que antes no tenían.


"Siento que puedo transferir mis pensamientos negativos acerca de mí mismo al repollo, ir a dar un paseo con él y regresar a casa sintiéndome mejor acerca de mí mismo", opinó el joven Lui Ja Chen, de 17 años.


Otro de los que participan de estas caminatas, explicó: "Si veo a alguien en la misma condición mía, es fácil empezar una conversación. Los repollos son mejores que los perros ya que no ladran y no empiezan peleas con otras verduras. Ni siquiera necesitan alimentación y no dejan lío en el pavimento".