La zona de Paddington, en Londres, Inglaterra, contará con un inusual bar, donde los clientes podrán tener sexo con muñecas hiperrealistas.

En un principio, el empresario Bradley Charvet quería utilizar empleados humanos con el fin de cobrar alrededor de 80 dólares por un café, que se acompaña con sexo oral. Sin embargo, por temor a violar las leyes contra la prostitución, el hombre decidió comprar muñecas.

“Las muñecas están siempre satisfechas y pueden tener una mejor técnica -que las humanas- porque pueden ser programadas de acuerdo con las necesidades de la persona”, dijo Bradley al Daily Mail.

“Van a mejorar el servicio sexual”, agregó el empresario, quien considera que este tipo de establecimientos estarán integrados en la sociedad en poco años.