Donald Trump está visiblemente alterado ante la posibilidad de no poder asegurar su reforma sanitaria, promesa de campaña, que busca poner fin al proyecto realizado en salud por Barack Obama. 

La votación del próximo jueves en la Cámara de Representantes puede afectar notoriamente su gobernabilidad y Trump no dudó en amenazar a los congresistas que se opongan al cambio. 

"Iré a por ustedes", planteó Trump en una reunión que debía mantenerse en privado pero que inmediatamente se viralizó cuando se supo que unos 25 congresistas republicanos siguen negándose a aprobar su proyecto. 

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Y no es el único bloqueo que el presidente de Estados Unidos atraviesa, también la justicia mantiene cercado su veto migratorio y el FBI lo investiga por sus posibles vínculos en el Kremlin. 

Además las encuestas le otorgan sólo un 37% de aceptación siendo la valoración más baja de un presidente a inicio de su mandato y gran parte de la prensa está en su contra.

El proyecto de salud propuesto por Trump elimina la obligación de contratar seguro médico, paraliza el desarrollo del programa para los más desfavorecidos (Medicaid) y acaba con el sistema impositivo que expandió la red asistencial  que implicó 20 millones de nuevos asegurados. Trump busca ahorrar unos  337.000 millones de dólares en una década, pero con un saldo de 24 millones de personas sin cobertura sanitaria.