A priori y salvo que ocurriera algún fenómeno inesperado, Tabaré conservará en el balotaje los votos obtenidos el domingo, que llegan al 47,15 por ciento, pudiendo sumar algunos puntos provenientes de la izquierda y los ecologistas. No obstante, no debe descartarse que esos sectores llamen a votar en blanco.

Pero por su parte, al centroderechista Lacalle Pou no le alcanzaría la matemática para darle alcance al candidato del Frente Amplio: ni conservando todo su caudal electoral (30,56 por ciento) y sumándole los votos del tercero, Pedro Bordaberry (Partido Colorado), que obtuvo el 12,78 por ciento, llegaría al piso obtenido por el Frente Amplio.

Pero yendo más lejos y, por cierto, teniendo en cuenta que la política electoral no es matemática, ni sumando los votos del cuarto en discordia, Pablo Mieres (Partido Independiente), que sacó este domingo el 3,02 por ciento, ni así podría Lacalle alcanzar el piso presunto de Vázquez.

Es decir, sumando los porcentajes obtenidos por el segundo, el tercero y el cuarto en la elección uruguaya del domingo, obtendrían solo el 46,36 por ciento, casi un punto menos que Tabaré Vázquez por sí solo.

En definitiva, la segunda y definitiva vuelta electoral enfrentará a dos candidatos que, además, representan dos estilos y dos contenidos muy diferentes. Uruguay deberá decidir si sigue los pasos de la unidad progresista del Mercosur y América Latina con Tabaré, o no.