La ciudad alemana de Hamburgo está blindada para recibir a los presidentes de los 20 países industrializados y emergentes- junto con invitados- del club que maneja los hilos económicos del mundo. 

El Grupo de los 20- al cual pertenecen la Unión Europea (UE) como bloque y 19 países industrializados y emergentes, a saber: Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica y Turquía- está activo desde 1999 y representa a dos tercios de la población mundial además del 80 % de la economía del planeta. 

Con una presidencia anual rotativa- este año le tocó a Alemania- es posible invitar a países no miembros, como ocurrió con España, Noruega, Holanda y Singapur, así como los presidentes de la Unión Africana (UA), la Nueva Asociación para el Desarrollo Económico de África (NEPAD, por sus siglas en inglés) y el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés). En el 2018, Argentina será la sede de la nueva cumbre. 

Entre las organizaciones internacionales que participan del G20 están el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial, el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB, por sus siglas en inglés), la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y las Naciones Unidas.

El grupo se fundó en 1999 en Berlín, y en un primer momento estaba enfocado en la relación entre ministros de Economía y Finanzas, pero luego se amplió a los Jefes de Estado con ánimos de crear un espacio de cooperación económica, política y social. Lo cierto es que las decisiones- que no tienen valor vinculante- apuntan a una agenda y planes de acción en común aunque en las reuniones bilaterales informales es donde suele darse el mayor pragmatismo. 

A diferencia del G7- que es más selecto y solo incluye países occidentales- el Grupo de los 20 se abre a otras economías mundiales como China, India y Brasil (que actualmente enfrenta una crisis política y económica)

Donald Trump y Melania llegan a Hamburgo para la cumbre del G-20 (Reuters)

Sus decisiones no son vinculantes, por lo que el G20 no puede imponer sus conclusiones, sino solo mostrar un rumbo o inducir un giro político. El valor de la cumbre radica más bien en los encuentros informales bilaterales que tienen lugar al margen de la agenda oficial del encuentro. Una de las reuniones más esperadas es la de Donald Trump y Vladimir Putin en espacial a partir de las acusaciones cruzadas por el supuesto hackeo ruso en las elecciones presidenciales estadounidenses que llevaron al republicano al poder. 

Este año la cumbre- en la que ya se registró represión contra manifestantes "antisistema"- se da la particularidad de una UE resquebrajada ( por el Brexit) como así también una tensión especial con el presidente estadounidense Donald Trump y el viejo continente. Tensión que a su vez impacta en nuestro país, en especial de cara a la estrategia de Mauricio Macri a nivel del acuerdo entre el Mercosur y la UE como así también en la relación bilateral de nuestro país con Estados Unidos. 

(DPA)

Cuáles son las principales críticas al G-20

Las protestas ya comenzaron en la ciudad portuaria alemana pero para el día sábado- 8 de julio- se esperan manifestaciones con la presencia de al menos 100 mil personas. 

El Gobierno alemán ya desplegó 20 mil efectivos y carros hidrantes en la ciudad ante las protestas que ya la colapsaron. "Que Hamburgo haya sido elegida sede de este encuentro impactó en la sociedad local ya que en esta ciudad existe una escena de la izquierda radical muy fuerte y conocida por Alemania", destacó Andreas Blechschmidt, activista alemán, en diálogo con Ámbito Financiero. 

"Y la gente se plantea ¿quién tuvo la idea tan tonta de organizar el G-20 acá, al lado de gente de izquierda? Eso se puede explicar con una metáfora: hacer un fuego en un lugar muy, muy seco", planteó Blechschmidt desestimando el comunicado oficial en el que se indicaba la elección de la ciudad por ser de "carácter abierto (...) Gracias a su puerto, situado en el centro de la ciudad, Hamburgo mantiene relaciones comerciales con todo el mundo desde hace siglos y se alza como una ciudad abierta e internacional."

Entre los reclamos principales hacia los gobiernos de los países más poderosos se halla el repudio a la guerra en Siria, el mal manejo en la llamada crisis de los refugiados, como así también las falsas promesas a la hora de frenar el cambio climático, un tema que toca de cerca a Donald Trump tras retirarse del Acuerdo de París.  Otro de los focos de tensión es la presencia de líderes cuestionados como el propio Trump como así también el mandatario ruso Vladimir Putin y su par turco, Recep Tayyp Erdogan.