Después de cuatro días de silencio, Michel Temer habló públicamente sobre el enfrentamiento entre dos facciones de la cárcel de Manaos que dejó un saldo de 60 muertos, varios heridos y grandes preguntas respecto al funcionamiento de las cárceles en Brasil.

El mandatario saludó a los familiares de los asesinados y les expresó su pésame aunque se refirió a la masacre como "accidente" y desató una oleada de críticas.

En una reunión a la que fueron convocados los ministros del área de Seguridad, Relaciones Exteriores en el Palacio, Temer habló a la ciudadanía y expresó: "Quiero, en primer lugar, comparecerme de las familias de los prisioneros víctimas de este espantoso accidente que ocurrió en la cárcel de Manaos".

Más tarde, ante las fuertes críticas que recibió por cómo presentó lo ocurrido, el propio Temer aclaró que el término accidente era sinónimo de tragedia, pérdida, desastre, desgracia, fatalidad.

Por otro lado, prometió una inversión de R $ 2,2 mil millones en el sistema penitenciario para el  2017; aunque insistió que si bien debe revisarse las condiciones en las que habitan los presos en las cárceles de ese país lo ocurrido en Manos fue culpa de un tercero.  

"Ustedes saben que la prisión de Manaos fue subcontratada, se privatizó, y por lo tanto no había una responsabilidad definida de los agentes del estado", exclamó.