Darse media vuelta y salir sin abrir la boca. Esa fue la elección del mandatario del país más importante del mundo. Ni un mensaje tranquilizador, ni una explicación científica. Ni siquiera un plan de salud pública. Parece que su estilo, en éstos casos, es darle la espalda a los problemas.

Y si el presidente de los Estados Unidos reacciona así, ¿que queda para el resto?