El pueblo griego está a horas de definir el referendo con el cual mostrará su apoyo al gobierno del primer ministro Alexis Tsipras, si se define mayoritariamente por el "No", o volcarse por aceptar los nuevos condicionamientos de la eurozona y el FMI y hacer entrar en crisis al gabinete del mandatario, si vota por el "Sí".

Es que, de ganar el "Sí", se pondrá en evidencia la pérdida de confianza entre el pueblo que le dio su apoyo a Syriza pocos meses atrás, que llama a votar por el "No". De hecho, el ministro de Finanzas, clave en las negociaciones y en la recuperación de la economía griega, ya anunció que renunciará a su cargo de no primar la postura oficial en el referendo.

"Dejaré de ser" ministro de Finanzas, adelantaba Yanis Varoufakis si el "Sí" se alzare con el triunfo en la consulta popular del domingo próximo.

Por el momento, la opinión del pueblo griego parece estar divida en partes casi iguales, lo que hace vislumbrar una indefinición política que dejaría en manos del propio gobierno la decisión de aceptar o no las condiciones que pretenden imponer el Banco Central Europeo, la Comisión Europea (brazo ejecutivo de la Unión) y el FMI.

Según una encuesta publicada este viernes por el periódico Ethos, la opción del "Sí" se impondría apenas por unas décimas al "No": 44,8 por ciento sobre el 43,4 por ciento, con un 11,8 por ciento de indecisos.

Para el Instituto Alco, responsable de esta encuesta, el 46 por ciento de la población considera como mala la decisión gubernamental de convocar el referendo, en tanto el 44 por ciento respalda la iniciativa.

Más claro parece estar el panorama respecto a cuántos prefieren estar en la zona euro que abandonarla: el 74 por ciento está a favor de conservar la moneda paneuropea mientras que el 15 por ciento prefiere volver a una moneda nacional, con un 11 por ciento de indecisos.