Jaime Bayly es un personaje singular. Jugando con la transgresión del sexo, las drogas y el rock and roll posó de moderno y desenfadado. Pero atrás de esa cascara habita un hombre de ultra derecha que hace parecer a Eduardo Feinmann y Baby Echecopar dos blandengues que no se animan a decir las cosas por su nombre.

Y para analizar la crisis chilena nos dejó un editorial inolvidable.