La basura diseminada en las calles de París ya se cuenta por diez mil toneladas. Todo a raíz de la huelga de los recolectores contra la impopular reforma jubilatoria del presidente francés, Emmanuel Macron.

La bronca se generalizó ahora que el mandatario de derecha impuso la norma mediante un decreto presidencial.

Los empleados municipales del servicio de recolección de basura iniciaron hace 12 días una huelga y el bloqueo de los incineradores de la capital en protesta contra el proyecto del mandatario liberal que contempla retrasar gradualmente la edad de jubilación de 62 a 64 años.

Pero lo de los basureros es apenas el corolario de una lucha que suma a cientos de sindicatos, estudiantes y organizaciones sociales que reclaman en contra de la suba de la edad jubilatoria.

"Estamos indignados", dijo Soumaya Gentet, sindicalista del supermercado Monoprix y una de las 200 personas que bloquearon durante media hora el Bulevar Periférico de París, la avenida-circunvalación de 34 kilómetros que rodea la capital francesa.

Si bien es legal, el mecanismo adoptado por Macrón para establecer la Ley generó gran rechazo social. Las imágenes en las redes sociales dan cuenta de ello:

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