Esta medida igual no alcanzaría a la cúpula de la Agencia de Seguridad Nacional ya que el presidente Barack Obama continúa depositando su confianza en el director, el general Keith Alexander, y otros funcionarios de la institución, según afirmó el portavoz de la Casa Blanca Jay Carney.

El mismo funcionario dijo que debe haber un equilibrio entre la necesidad de reunir información de inteligencia y la necesidad de la vida privada. "Reconocemos que es necesario que haya restricciones adicionales sobre cómo recopilamos y utilizamos la inteligencia", agregó el portavoz.

Según dijo Estados Unidos, la decisión de Obama se produjo después de que una investigación interna revelase que la NSA estaba vigilando las comunicaciones de cerca de 35 líderes mundiales. De ser así ello supondría que Obama pasó cerca de cinco años sin conocer los programas.