El premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, visitó junto con el excanciller de Brasil,Celso Amorím, al expresidente del vecino país Lula da Silva y dijo que "por fín pude ver al presidente Lula. Lo he encontrado bien físicamente, con mucha fuerza, pensando en el país, en el pueblo de Brasil y en la América Latina". 

Para evitar especulaciones, el exministro mostró a los medios el libro con el mensaje que el Papa Francisco le envió a Lula dándole su bendición y pidiéndole que rece por él. Por su parte, el Nobel argentino, que fue impedido de visitar al expresidente en abril de este año por negativa del Poder Judicial brasileño, brindó una síntesis de lo hablado con el candidato a la presidencia de Brasil.

“Una de sus grandes preocupaciones es que se reconozca su inocencia, que él no cometió ningún delito", apuntó Pérez Esquivel y agregó: "Lo que le ocurre es una acción política que involucra a los grandes medios de comunicación como O Globo, que miente permanentemente”.

También señaló que con Lula hablaron sobre América Latina: “hoy se está implementando la misma política en todos los países, la persecución judicial a Lula, a Cristina y a Correa, son parte de un plan regional para atacar espacios progresistas y políticas populares para crear democracias restringidas y recolonizar la región”, disparó.

En este sentido se refirió a la postulación de Lula al Premio nobel de la Paz por su lucha contra la pobreza: “Es el único presidente que sacó de la extrema pobreza a más de 36 millones de brasileros y brasileras, eso debe ser reconocido como construir la Paz. Hoy la campaña tiene cerca de trescientas mil firmas, y se han sumado referentes internacionales como Chomsky y Rigoberta Menchú Tum, así que en los próximos meses voy a hacer la presentación oficial en el Comité Nobel de Noruega”.

Por su parte, el excanciller de Lula, Celso Amorím, describió: “Lo que más hablamos con el Presidente Lula fueron todos los esfuerzos que hicimos en América Latina para construir la UNASUR y la CELAC, que están siendo destruidos por acción de varios países. Lula estaba indignado por la sumisión brasilera a los Estados Unidos, ilustrada por la visita del Vicepresidente Pence, y ahora la del Secretario de Defensa, Mattis, que vinieron a darnos órdenes de con quien nos tenemos que relacionar y con quien no”.