Kevin Hoistacher espera en una cárcel de San Petersburgo, donde se encuentra desde el 21 de julio, por la sentencia de la justicia rusa que delimitará su futuro y, por desgracia, parece que la situación está muy complicada para el argentino.

De encontrarlo culpable, Kevin deberá ser trasladado a una prisión de Siberia, en uno de los lugares más duros del mundo, con condiciones climáticas bajo cero y en un establecimiento de máxima seguridad.

El argentino fue apresado el 21 de julio en Vyborgla, en la frontera entre Rusia y Finlandia, donde volvía de dejar a un amigo en el aeropuerto y, sin darse cuenta, cargaba con medio gramo de marihuana: lo que corresponde a medio cigarrillo, aproximadamente.

La Justicia, que no entiende de razones, lo enjuiciaría por la "comercialización" de la droga según las leyes locales, cuando la cantidad que transportaba, clara y obviamente, era para consumo personal.

La defensa intentó cambiar la carátula de la causa de "contrabando agravado" a "tenencia simple", que implicaría una pena máxima de seis meses de cárcel, con la posibilidad de una fianza. Pero fracasó, ya que los jueces no hicieron caso al pedido.

La situación está complicada y, este jueves, se sabrá la sentencia final que podría ser catastrófica para el joven que se encuentra en Rusia. Sin contar que permanece incomunicado, sin poder comer ni bañarse todos los días y sin poder hablar español.

Su madre afirmó que sólo puede visitarlo dos horas al mes y verlo a través de un vidrio. "Cuando lo visito, tengo que pagar una traductora para poder hablar con él porque si pronuncio algo en español me retiran de la sala", expresó la mujer.