El terrible hecho ocurrió el 28 de abril pasado: Will Cornick, de 15 años, se levantó de su pupitre y, tras hacerle un guiño a un compañero, se dirigió hacia su profesora de español, Ann Maguire. Ante la mirada aterrada de la clase, sacó un cuchillo y apuñaló a la maestra siete veces en la espalda y en el cuello.

Ahora, la justicia inglesa lo condenó por el crimen a cadena perpetua por tiempo indefinido, y deberá cumplir un mínimo de 20 años de cárcel. Al dictar sentencia, el juez llamó la atención sobre su "escalofriante ausencia de remordimientos" al cometer el alevoso asesinato.

Aunque la ley británica impide que la identidad y las fotos de menores se difundan en los medios, el magistrado que actuó en el caso permitió divulgar los datos invocando "razones de interés público".

Will, que hasta entonces era considerado un "alumno encantador que siempre se esfuerza al máximo", adjetivándolo como cortés, cooperativo y que "nunca falta a clases", de la investigación surgió que había comenzado a desarrollar un "odio irracional" hacia su maestra de español.

Según indicaron sus allegados, Maguire era una popular profesora de 61 años que llevaba cuatro década enseñando en la misma escuela donde se cometió el crimen, el colegio católico Corpus Christi, y tenía previsto jubilarse en septiembre.