Más de 200 heridos, 42 hospitalizados (ocho en grave estado) y 13 detenidos, fue el resultado de una brutal represión policial encarada por las fuerzas de seguridad del estado de Curitiba, gobernado por el opositor PSDB.

El estallido se dio durante una movilización docente que junto a unas 20 mil personas (en su mayoría maestros), que se manifestaron frente a la sede legislativa local, donde se aprobaba un proyecto rechazado por los docentes y sus respectivos sindicatos.

El punto más cuestionado de la iniciativa es el que establece que los beneficios jubilatorios de 33.556 funcionarios de 73 años o mayores sean financiados a través del Fondo de Previsión Social.

Pero, cuando los manifestantes se acercaban al lugar donde los legisladores estaban debatiendo, la policía comenzó a lanzar gases lacrimógenos, balas de goma, palazos y carros hidrantes.

El proyecto fue enviado por Beto Richa, gobernador de Paraná, donde se encuentra la ciudad de Curitiba, quien emitió un comunicado luego del desastre responsabilizando a las personas ajenas a los sindicatos y reconociendo únicamente cuatro manifestantes heridos. Algo muy alejado de la realidad.

"Ellos no respetan los derechos humanos. Nunca vi a un gobierno movilizar a un cuerpo de policía tan grande para una movilización pacifica", expresó el profesor universitario Sérgio Gadini, mientras que desde los gremios docentes emitieron el siguiente comunicado: "Uno de los hechos más cobardes fue que la policía llegó a tirar bombas en la alcaldía de Curitiba, donde los manifestantes corrieron para buscar refugio”.