Después del escándalo que se produjo ante el anuncio de Donald Trump de reconocer a Jerusalén como capital de Israel y señalar que la embajada de Estados Unidos se trasladará a esa ciudad dejando su sede en Tel Aviv, la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, reafirmó esa decisión. 

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"Tenemos derecho a hacer lo que queramos en términos de la ubicación de nuestras embajadas", aseguró la diplomática citada por Fox News. Además, Haley señaló-ante el Consejo de Seguridad- que es necesario que toda la comunidad internacional entienda que, "cuando se intimida a Israel, no se está ayudando al proceso de paz".

Por otro lado, la embajadora instó al organismo internacional a "tratar a los israelíes y a los palestinos de manera justa". La funcionaria destacó que "Estados Unidos no va a mantenerse al margen cuando Israel sea injustamente atacado en las Naciones Unidas".