"No lo llamemos más gigoló llamémoslo batracio" bromeó Jorge Rial mientras Marina Calabró señalaba que  "la sociedad de animales puede quejarse por lo de batracio".

Otros chistes fueron "Habría que blurearle la cara"; "Tiene una cara hackeada" y diversas menciones sobre la fealdad de Bazterrica que sin embargo habría conquistado a numerosas mujeres.

Luego fue el turno de admitir si habían estado con hombres y mujeres no agraciados y las confesiones no tardaron en llegar.