Acompañado por un equipo de productores y músicos del Oeste del conurbano encabezado por El Chávez y Juanito el cantor, Cordera viene trabajando desde el primer volumen de "la Caravana mágica" y ahora plasma su segundo capítulo.
En estas canciones Cordera deja salir un costado más sensible, pero sin perder la vinculación con la cumbia electrónica y ritmos más bailables.
El Chávez y Juanito han sabido conducir a Cordera, que decidió que aunque su nombre esté al frente, éste sea un proyecto colectivo.
Sobre la relación con sus ex compañeros de Bersuit y su nueva banda, Cordera charló con Télam:
-¿Un proyecto grupal suaviza las presiones al publicar un disco?
-Sí, eso por un lado, pero por el otro me enriquece, el intercambio enriquece la obra artística, la hace más grande, mucho más grande y a mí me gusta pasar por esa experiencia en este momento de mi vida. Soy más en un grupo y soy menos solo, para mí mismo inclusive.
De chiquito jugaba al fútbol con amigos y me daban muchas más ganas de jugar así, que al tenis, que también lo practicaba. Me gustaba mucho más el fútbol, todos los deportes grupales de alguna manera generan una noción del lugar que ocupas en el mundo, un 5 no es lo mismo que un 2 y el 2 no es lo mismo que un número 9.
-¿Musicalmente según esa tesis vos serías un abastecedor del juego sonoro?
-Sí, un diez, totalmente, para solista está el tenis, en cambio el grupo es una experiencia enriquecedora, a mí me libera de la presión y también me hace descubrir cuál es mi lugar en el mundo y hacerme cargo de eso.
Es evidente que soy líder, un líder natural, pero también es evidente que hay personas detrás de un grupo que son líderes en otra cosa por su talento, el talento te da tu liderazgo, no es que soy líder porque soy líder.
-¿Y cómo resolviste la vinculación entre pasado y presente?
-Cuando había intención de continuar con la presión de la avalancha de mi pasado, había deseo de eso por parte de mucha gente, sabía perfectamente que este trabajo debía primero vaciarse de información del pasado, hicimos “Suelto”.
No sabía cómo ofrecer esa propuesta, porque era inadmisible hacer un disco como “Suelto” después de haber tenido una impronta rockera tan importante dentro de lo que fue el rock nacional como lo fue la Bersuit.
Entonces acepté el espaldarazo de toda la masa rockera y empezamos a hacer una gira por Uruguay, pero por el interior de ese país, era para mí muy lindo donde había 30 o 40 personas vestidas muchas de ellas de época, en lugares olvidados en el tiempo.
Mis compañeros se sentían muy culpables por lo que estaba pasando, porque eran fans de alguna manera de lo que nosotros hacíamos. A mí me daba mucha satisfacción salir a tocar y no saber si había gente en el lugar, porque no se escuchaba nada, cuando terminaba el tema la gente solo se limitaba a aplaudir tímidamente, era el fracaso y una energía convocante muy importante, porque queda un largo camino por recorrer.
-Igualmente una parte de Bersuit habita en vos constantemente.
-No tengo necesidad de negarme al pasado, soy el pasado y el presente, honro y celebro mi pasado, estoy orgulloso de haber formado parte de esa banda, haber sido el fundador y haber compuesto tantas canciones.
Entregué 21 años de mi vida y creo haber hecho unos 1.500 conciertos. He dejado y le he dado mucho, eso pasa también en las relaciones humanas, cuando uno se entrega no le tiene miedo a la muerte de las cosas y creo que es eso lo que siento, di todo lo que tenía que dar en ese momento como estoy dando todo lo que tengo que dar en este momento.
Es inadmisible perpetuar todo de una cosa, porque nosotros queremos que todo viva para siempre y la naturaleza nos dice que no, que todo tiene un ciclo y que todo termina. Eso es necesario para que haya un nuevo amanecer, un nuevo momento.
Siento que estoy naciendo por segunda vez, artísticamente hablando, eso se debe a que pude dejar que todo eso se muera.

Acompañado por un equipo de productores y músicos del Oeste del conurbano encabezado por El Chávez y Juanito el cantor, Cordera viene trabajando desde el primer volumen de "la Caravana mágica" y ahora plasma su segundo capítulo.


En estas canciones Cordera deja salir un costado más sensible, pero sin perder la vinculación con la cumbia electrónica y ritmos más bailables.


El Chávez y Juanito han sabido conducir a Cordera, que decidió que aunque su nombre esté al frente, éste sea un proyecto colectivo.


Sobre la relación con sus ex compañeros de Bersuit y su nueva banda, Cordera charló con Télam:


-¿Un proyecto grupal suaviza las presiones al publicar un disco?


-Sí, eso por un lado, pero por el otro me enriquece, el intercambio enriquece la obra artística, la hace más grande, mucho más grande y a mí me gusta pasar por esa experiencia en este momento de mi vida. Soy más en un grupo y soy menos solo, para mí mismo inclusive.


De chiquito jugaba al fútbol con amigos y me daban muchas más ganas de jugar así, que al tenis, que también lo practicaba. Me gustaba mucho más el fútbol, todos los deportes grupales de alguna manera generan una noción del lugar que ocupas en el mundo, un 5 no es lo mismo que un 2 y el 2 no es lo mismo que un número 9.


-¿Musicalmente según esa tesis vos serías un abastecedor del juego sonoro?


-Sí, un diez, totalmente, para solista está el tenis, en cambio el grupo es una experiencia enriquecedora, a mí me libera de la presión y también me hace descubrir cuál es mi lugar en el mundo y hacerme cargo de eso.


Es evidente que soy líder, un líder natural, pero también es evidente que hay personas detrás de un grupo que son líderes en otra cosa por su talento, el talento te da tu liderazgo, no es que soy líder porque soy líder.



-¿Y cómo resolviste la vinculación entre pasado y presente?


-Cuando había intención de continuar con la presión de la avalancha de mi pasado, había deseo de eso por parte de mucha gente, sabía perfectamente que este trabajo debía primero vaciarse de información del pasado, hicimos “Suelto”.


No sabía cómo ofrecer esa propuesta, porque era inadmisible hacer un disco como “Suelto” después de haber tenido una impronta rockera tan importante dentro de lo que fue el rock nacional como lo fue la Bersuit.


Entonces acepté el espaldarazo de toda la masa rockera y empezamos a hacer una gira por Uruguay, pero por el interior de ese país, era para mí muy lindo donde había 30 o 40 personas vestidas muchas de ellas de época, en lugares olvidados en el tiempo.


Mis compañeros se sentían muy culpables por lo que estaba pasando, porque eran fans de alguna manera de lo que nosotros hacíamos. A mí me daba mucha satisfacción salir a tocar y no saber si había gente en el lugar, porque no se escuchaba nada, cuando terminaba el tema la gente solo se limitaba a aplaudir tímidamente, era el fracaso y una energía convocante muy importante, porque queda un largo camino por recorrer.


-Igualmente una parte de Bersuit habita en vos constantemente.


-No tengo necesidad de negarme al pasado, soy el pasado y el presente, honro y celebro mi pasado, estoy orgulloso de haber formado parte de esa banda, haber sido el fundador y haber compuesto tantas canciones.


Entregué 21 años de mi vida y creo haber hecho unos 1.500 conciertos. He dejado y le he dado mucho, eso pasa también en las relaciones humanas, cuando uno se entrega no le tiene miedo a la muerte de las cosas y creo que es eso lo que siento, di todo lo que tenía que dar en ese momento como estoy dando todo lo que tengo que dar en este momento.


Es inadmisible perpetuar todo de una cosa, porque nosotros queremos que todo viva para siempre y la naturaleza nos dice que no, que todo tiene un ciclo y que todo termina. Eso es necesario para que haya un nuevo amanecer, un nuevo momento.


Siento que estoy naciendo por segunda vez, artísticamente hablando, eso se debe a que pude dejar que todo eso se muera.

Fuente: Télam