Gracias al consejo de su entonces maestro de teatro, Norman Briski, Leticia Bredice huyó del empleo que la acercaba al nefasto personaje.

"Yo tenía 14 años y trabajaba como camarera para pagar mis clases de teatro. Un día me preguntó qué leía, yo contesté Platón, porque estudiaba teatro. Él preguntó con quién y contesté Norman Briski: `decile que estuviste con el enemigo número 1´, me dijo", recordó la famosa actriz.

"Cuando le conté a Norman me dijo que me fuera inmediatamente y que encontrara otro trabajo", relató.

Conocido como el ángel rubio o el ángel de la muerte, Alfredo Astiz es un excapitán de la Armada Argentina, que durante la última dictadura cívico militar se infiltró en las organizaciones de derechos humanos como espía, para un Grupo de Tareas que actuaba con base en la ESMA.

Entre los delitos de lesa humanidad que se le atribuyen se cuentan el secuestro, tortura y desaparición de dos monjas francesas, Alice Domon y Léonie Duquet, por los cuales fue condenado en Francia a cadena perpetua.