"Esto nunca lo conté y es muy loco. Habían pasado como 16 años desde que se murió mi papá y yo estoy segura que él hubiera querido que lo entierren cerca de sus padres, que están en un cementerio judió de La Tablada", comenzó diciendo Barbie en diálogo con Vino para Vos, el ciclo que conduce Tomás Dente por la señal KZO.

"Yo tuve un novio que fue muy importante en mi vida, a quien quise y quiero mucho y hasta el día de hoy es parte de mi familia, y creo que toda persona en tu vida aparece por algo... y siempre se lo voy a agradecer. Y gracias a él conocí al Admor, que es como un maestro de rabinos y una especie de medium, que tiene este poder de conectar con las personas que ya no están", agregó. 

Además, dejó en claro la necesidad de poder volver a contactar al recordado conductor: "Nosotras con mi hermana teníamos. por supuesto, la ilusión y el deseo de volver a hablar con mi papá. Intentamos hacerlo en varias oportunidades, fuimos a ver al Admor y nos dice que le había llegado un mensaje de mi papá de que todavía no había encontrado la luz. Esto fue en el 2010 y mi papá murió en 1996".

"Nos pregunta dónde está enterrado, le contamos la historia y nos dice no, tu papá no quiere estar ahí. Van a hacer esto, esto y esto, ustedes tienen que trasladar el cuerpo de tu papá porque él tiene que estar junto a sus padres en el cementerio que él hubiese querido", continuó. 

En ese momento y con la voz algo quebrada, la panelista dio detalles de lo que vivió por aquel entonces: "Le explicamos que no pudimos en ese momento, que no se aceptaba por haberse suicidado. Se me pone la piel de gallina y esto lo saben muy pocas personas. El Admor nos dice que tenemos que trasladar el cuerpo, sacarlo de donde estaba y llevarlo a La Tablada. Eso implicaba abrir el cajón después de 16 años, y él dijo que lo íbamos a encontrar en perfectas condiciones. Hablamos de una persona que se tiró de un piso 13 y que pasaron 16 años, en ese entonces".

"Pensé que iba a encontrar huesos, a mi papá hecho pelota. Hacemos todo el procedimiento. Hicimos todo ese procedimiento y yo decidí quedarme afuera porque tenía mucho miedo con lo que me iba a encontrar. Como había visto a mi papá el día antes a que muera, prefería quedarme con ese abrazo que sentí que era la despedida, a que abran el cajón y no saber qué me iba a encontrar", siguió con su relato.

"Entra mi hermana y yo la escuchaba llorar y llorar, pero a la vez con una sonrisa enorme. Y hasta el día de hoy me cuenta que mi papá estaba intacto. Habían pasado 16 años, había estado enterrado en ese cajón y tenía hasta los pelos de las cejas. Tenía su pies, sus manos. Me dijo que era papá pero más flaquito", recordó.

Por úlltimo, se sinceró al hablar de lo que sintió con aquella experiencia: "Un poco tal vez me arrepiento de no haberme podido enfrentar a ver ese momento, y yo creo que en ese momento mi hermana lo soltó. Lo trasladamos, hicimos una ceremonia hermosa en La Tablada y yo creo que hubo un antes y un después seguramente en la vida de mi papá que lo hizo elevarse a otro plano".