Es –o era– la obra más importante que el gobierno de Mauricio Macri pensaba terminar: el soterramiento del ferrocarril Sarmiento, lo que mejoraría el servicio y, sobre todo, facilitaría el tránsito en decenas de pasos a nivel de Capital y conurbano.

Una obra multimillonaria en la que estuvo involucrado el primero presidencial, el empresario Ángelo Calcaterra, involucrado en la construcción y en la obra pública luego de que Franco Macri lo designara al frente de sus empresas en esa área, con Mauricio convertido a la política.

Pero, al parecer, todo quedará en los papeles: el túnel de 18 kilómetros planeado por Guillermo Dietrich, que uniría las estaciones de Ramos Mejía, Ciudadela, Liniers, Villa Luro, Floresta, Flores y Caballito y que sería finalizado en 2022, fue cancelado.

Aunque la tuneladora llegó a Liniers, ahí se detuvo: los 3.000 millones de dólares necesarios para continuar y terminar la obra no están, dice el Gobierno. El ajuste se los llevó puestos…

Conclusión: el túnel cuya obra fue reinaugurada con bombos y platillos por Macri y María Eugenia Vidal terminará convertido en viaducto, algo infinitamente más barato que, sin embargo, deja para otra ocasión el famoso parque lineal que se construiría a lo largo del túnel.