Aunque la derrota deje un sabor amargo, la selección que conduce Dady Gallardo no debe perder de vista su verdadero objetivo: vencer a Túnez y Gran Bretaña para meterse entre los mejores ocho de los Juegos.

Para quienes no siguen de cerca el handball, la derrota pudo haberse tratado de una frustración y en parte así lo vivieron los jugadores y el cuerpo técnico. Sin embargo la selección experimentó un crecimiento histórico en los últimos años y obliga a las grandes potencias del deporte, como es Islandia, a jugar sus partidos en su máximo nivel.

En un partido que fue ajustado en el primer tiempo, con un parcial que mostró al último subcampeón olímpico apenas un gol arriba, los de Dady Gallardo apostaron a su juego; velocidad y combinaciones para lograr lanzamientos francos de 6 metros. El poderío físico islandés obligó al equipo argentino a no jugar un partido de choque.

La velocidad de Diego Simonet, el goleador del equipo argentino con 5 tantos, y sus penetraciones, complicaron a Islandia, que sin embargo lograba llegar mucho de contraataque y definir mano a mano con Schulz, el arquero argentino.

El equipo nacional no pudo solucionar la transición entre ataque y defensa, situación que Islandia aprovechó muy bien y de la cual sacó frutos. El problema argentino estuvo allí, en retrocesos lentos en parte influenciados por los dos cambios que realiza el equipo para defender.

En el segundo tiempo, Islandia amplió la brecha y estuvo siempre a 2 ó 3 goles, situación propiciada por la gran actuación de ambos arqueros del equipo europeo.

Sobre el final, los subcampeones olímpicos ampliaron la distancia en el marcador cuando ya estaba todo definido; los seis goles no marcan la distancia que hubo en el encuentro; algo que puede comprobarse al ver como el equipo islandés felicitó a uno de sus arqueros tras contener varios penales argentinos.

La derrota no debe doler, el handball argentino obliga a las potencias europeas a jugar de igual a igual, e incluso ha logrado victorias ante dichos equipos, algo que 10 años atrás era impensado.

Argentina deberá ganarle a Túnez y a Gran Bretaña si quiere acceder a la ronda con los 8 mejores equipos del mundo, puede lograrlo y sería histórico.

El mundo del handball empezó a sufrir las derrotas ante potencias europeas y eso es algo positivo; ahora sabe que la selección puede ganarles.

El proximo partido será ante Francia, campeón mundial y olímpico, es esperable una derrota, aunque con los gladiadores nunca se sabe; en el último mundial vencieron a una de las potencias, Suecia, en su propio país.

Allá van los gladiadores por su sueño, por primera vez en la historia y con el apoyo de todos.