En Gran Bretaña desde hace muchos años que no hay alambrados y sólo una baranda separa a los fanáticos de los jugadores.

Esto casi nunca provocó problemas porque generalmente los hinchas tienen buena conducta, pero de vez en cuando, alguno confirma que aún hay que tener cuidado.

En Escocia, el Motherwell recibía al Rangers por el partido de vuelta de la promoción. El local se jugaba la permanencia, mientras que el visitante la posibilidad de ascender a la primera división.

Cuando el jugador del Rangers Lee McCulloch perseguía una pelota que se iba afuera, un hincha le pegó con el palod e una bandera en la cara y luego en la pierna. Por suerte no le pasó nada.