La tristeza de un pueblo que recibió una noticia inesperada en una etapa crucial de un Mundial que sorprende al planeta entero. El preferido de esta copa, el local del campeonato, quedó eliminado por una Alemania furtiva y elegante que con pases simples logró marcar un histórico 7 a 1.

Los hinchas lloraron, gritaron y causaron disturbios afuera de la cancha Mineirao en Bello Horizonte. Pero adentro de ella se vio la verdadera angustia de un país que fue humillado de local en las instancias finales de la competencia futbolística más importante de todas.