Rodrigo De Paul dejó en claro que el seleccionado no fue bien recibido en el vecino país y consideró que uno debe ser un buen anfitrión.

Si bien el jugador se cuidó de decir si estaba bien o estaba mal detalló todos los inconvenientes que tuvieron que transitar.

Largas esperas en el aeropuerto, bajar los bolsos, hotel sin aire acondicionado, sirenas fuera del hotel que les impidieron descansar como debían y por la mañana falta de agua en las habitaciones.

Claramente los chilenos no se preocuparon mucho para que los argentinos se sintieran cómodos.