Sin duda es la pelea del año. Fue un combate que tuvo de todo y donde el resultado era una moneda en el aire, a pesar de que Tyson Fury dejó en claro que su estilo largo y desmañado complica sobremanera a Deontay Wilder.

El combate tuvo cinco caídas y la primera fue la del estadounidense en el tercer asalto cuando el británico lo sorprendió con un gancho de derecha.

En el siguiente round fue Wilder el que tomó el control de las acciones lo mandó dos veces a la lona.

La batalla siguió con igual intensidad y con la inminencia del nocaut en cada cruce hasta que en el séptimo asalto Fury volvió a dejar tambaleando a Wilder.

El final del combate parecía cercano con Tyson Fury dominando a voluntad aunque con el siempre peligroso Wilder acechando. A falta de 1m.10s. para la campana del undécimo, Fury arrinconó a su rival contra las cuerdas, conectó un gancho fulminante a la cabeza y el estadounidense cayó al piso, sin reacción.

Así el británico, de 33 años, conservó el invicto con 31 victorias y un empate mientras Wilder se quedó con 42 victorias, un empate y dos derrotas, ambas ante Fury.

Y para mostrar que es todo un personaje, el Rey de los Gitanos terminó la noche festejando junto al famoso DJ Steve Aoki en un club nocturno de Las Vegas.

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