Más allá de los bajones de tensión, el PSG supo encontrarle la vuelta a un partido que arrancó mal y pintaba para chivo. La llave de la victoria la tuvo Javier Pastore, un Flaco que engordó en el festejo de su gol, el 3-2 parcial, con la pelota bajó su camiseta, avisando que viene un hijo en camino.

El visitante, equipo que acaba de contratar a Blandi, pero no fue convocado porque apenas lleva un entrenamiento en el club, sorprendió de entrada, aprovechando una mala salida del PSG y convirtiendo por medio de Barbosa.

Los parisinos, a partir de ahí, salieron desesperados por dar vuelta la historia, pero chocaron con un gran Leroy, arquero del Evian, que sacó varias y muy claras. Sin embargo, David Luis y Verratti pudieron vulnerarlo antes del entretiempo.

La segunda parte parecía que iba a ser tranquila para el PSG. Pero no. Van der Wiel cabeceó a su propio arco y la metió entre las piernas de Sirigu.

Ahí fue donde apareció Pastore, que luego de una linda triangulación le dio de una y agarró la pelota para dedicarle el gol a su mujer y al hijo que viene. Blanc llevó a Lavezzi y Cavani al banco, los puso en el ST y el uruguayo liquidó la historia de contra.