Barack Obama se llamó al silencio todo el tiempo que pudo. Pero algún día iba a tener que hablar. Finalmente, ese día fue este lunes. El mandatario de los Estados Unidos se refirió al escándalo por corrupción que salpicó a la FIFA y al mundo del fútbol.

"Queremos asegurarnos de que un deporte que está ganando popularidad se dirige de manera recta", expresó Obama en una conferencia de prensa que brindó en el marco de la cumbre del G7.

Asimismo, el mandatario no quiso profundizar sobre la investigación que lleva adelante el FBI contra dirigentes y empresarios del ente máximo del fútbol a nivel mundial.

Previamente, el portavoz de la presidencia, Josh Earnest, había deslizado que la FIFA puede salir beneficiada con un "nuevo liderazgo" cuando fue consultado por la renuncia del suizo Joseph Blatter al máximo cargo.

"Y es una oportunidad para que la organización trate de mejorar su imagen pública", agregó Earnest al anotar que la FIFA se encarga de gestionar "los asuntos de un deporte que es seguido por miles de millones de personas en todo el mundo".

Cabe destacar que el país norteamericano espera un guiño de la próxima dirigencia que encabece la FIFA, luego de la renuncia del suizo Joseph Blatter, para cambiar las sedes de los mundiales 2018 (en Rusia) y 2022 (en Qatar).